CIRCO EN LA UE


CIRCO EN LA UE

Amantes del circo

Las tardes de circo en familia son un recuerdo que muchos guardamos con cariño. Hoy en día, los animales exóticos han perdido protagonismo y el espectáculo se centra en las proezas de los artistas circenses. 
Los cientos de circos que existen en la Unión Europea demuestran que este arte tradicional, de 250 años de vida, sigue vivo. Ahora bien, el futuro no está exento de problemas: la competencia con otras formas de entretenimiento, las consecuencias de la crisis económica y la prohibición de los animales salvajes en los circos (que responde a una creciente sensibilidad de la opinión pública en relación con el bienestar de los animales en varios países de la UE) se ciernen de forma amenazadora sobre el futuro del arte circense. 
Cada país de la UE decide qué leyes aplica a los circos, pero la UE les tiende una mano para ayudar a transformar el sector. 
Las normas europeas de libre circulación simplican la organización de las giras. Además, la UE presta su apoyo a la creación de redes como las plataformas CircusNext y Circostrada, que reúnen a artistas y compañías europeas para promover el circo y las artes escénicas de calle contemporáneas. También ayuda a buscar soluciones para que los hijos de estos colectivos itinerantes tengan acceso a una educación de calidad. 
La Unión Europea reconoce el potencial social y educativo del circo. A través del programa Erasmus+ , nancia oportunidades transnacionales de aprendizaje para jóvenes interesados en las artes escénicas. Muchos de estos proyectos emplean técnicas pedagógicas propias del circo en las escuelas y como herramienta de integración social para grupos, por ejemplo, de personas con necesidades especiales, mayores o migrantes. 
Todo esto permite que un arte tan especial, que se transmite de generación en generación, siga oreciendo y, al mismo tiempo, dejándonos sin aliento.

 

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